“Luces de libertad”: una oscura mirada al Bicentenario

TEATRO: ESPECTÁCULO PARA CIEGOS

“Luces de libertad”: una oscura mirada al Bicentenario

El Centro Argentino de Teatro Ciego, ubicado en el barrio del Abasto, presenta una obra que remite  a la Revolución de Mayo pero con una particularidad: un espectáculo realizado en la más absoluta oscuridad

Fernando Arias y sus hijos, Sebastian y Gonzalo, se abrieron paso entre las 30 personas amontonadas en la diminuta sala de espera ubicada en Zelaya 3006. Una vez que alcanzaron el mostrador, se apresuraron a obtener tres de las últimas entradas disponibles. Era una  habitual noche lluviosa de mayo y el espectáculo daría su primera función del día 29 a pocos minutos de las 21:00.

 “Ahora se esta poniendo oscura la cosa”, dijo Fernando a sus hijos cuando abruptamente las luces se apagaron y el público escuchó atento a  Martín Bondone, autor de la obra, quien les dio la bienvenida e indicó a la audiencia como debían adentrarse en la oscuridad de la sala.

“Es importante que los celulares permanezcan apagados ya que con el menor rastro de luz se arruinaría el espectáculo. La idea es que en todo momento haya oscuridad total”, repitió en varias ocasiones Bondone y su siguiente indicación fue pedirle al público que se organizara para formar filas de 10 personas. Cada uno debía tomarse de los hombros de quien tenía adelante e ir caminando en hilera hasta sus butacas.  Allí, los actores ayudaban a los desorientados espectadores a ubicarse en las sillas de la sala, en la que sólo podía percibirse un sonido que simulaba el cantar de pájaros.

Sala de espera minutos antes de la función

Alrededor de quince minutos después, el sonido de aves, interrumpido por tambores y  mujeres cantando, fue el puntapié para dar comienzo al espectáculo. A lo largo de una hora y diez minutos, el público escuchó, olió y sintió la “experiencia”, así como la describió su autor.

Voces y sonidos se oían desde diferentes sitios de la sala. La imaginación entraba en juego al escuchar cómo los actores simulaban nadar, el ruido del galope de caballos, carretas y de armas que recreaban las luchas previas a la Revolución.

Aromas a jabón remitían a las reuniones que se habían realizado en la jabonería de Hipólito Vieytes; el olor a pan recién horneado y a mazamorra revivían el escenario de aquella sociedad que buscaba independizarse. En contraste, para recrear las reuniones de las refinadas damas españolas, se percibían fragancias a te y dulces perfumes.

Por momentos, podía sentirse una brisa helada y sobre el final una llovizna mojó a la audiencia recreando  aquel 25 de mayo de 1810.

Al margen de la Revolución, la obra se desenvuelve en el marco de una historia de amor imposible entre un criollo y una escalav negra cuyo romance resultaba inconcebible ante los prejuicios de aquella época.

Sobre el final, entre los festejos de la revolución, se proyectó un audio en el que se escuchó un discurso del ex presidente argentino Juan Domingo Perón seguido por un arreglo musical en base a  “ El pueblo unido jamás será vencido” que despertó en la audiencia un gran sentimiento patriótico.

Una vez finalizado el espectáculo,  las luces se encendieron y por primera vez el público pudo observar la puesta en escena. Las sillas estaban puestas de manera que existiesen amplios pasillos por los cuales los actores podían desplazarse durante la función. El elenco, conformado por 7 actores (4 hombres y 3 mujeres), eran en su mayoría ciegos a diferencia de un público, en su totalidad, vidente. Poco a poco, la gente fue incorporándose y  saliendo de la sala. En la puerta de salida, los actores aguardaban y daban folletos al público agradeciéndoles la asistencia.

“Lo que intentamos a través de está obra es que el público pueda revivir la historia Argentina a través de los sentidos. En la sociedad de hoy predomina lo visual y lo que buscamos los que hacemos teatro de ciegos es que todos estemos en la mismas condiciones. Queremos poder compartir nuestro mundo con los demás y que el resto entienda nuestra forma de ver las cosas”, declaró Rúben Ronchi, uno de los actores no videntes  quien había sido el encargado de musicalizar en vivo el espectáculo.

Llegando a las 22:30, algunos últimos curiosos aún permanecían en la sala ahondando sobre la obra junto a  sus protagonistas. Pronto, se retiraron dejando paso a un nuevo público que a las 23:00 tenía una cita pactada con “el festejo patriótico de los sentidos”, según refirió Bondone.

Contacto:

  •  Cómo llegar      
  • Las localidades de todos los espectáculos pueden adquirirse en la boletería del teatro, de martes a sábados a partir de las 19:00hs. Tel. 63798596 
    O llamando a Tu Entrada al (011) 5533-5533 también por internet en www.tuentrada.com

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